En los últimos años hay una corriente dentro del ámbito de la salud que promueve la llamada “centralidad del paciente”. Con esta expresión se alude a que toda la estructura y organización del sistema de salud debe privilegiar a la persona antes que, a la técnica, la ciencia, el beneficio económico o cualquier otro bien que esté en juego a la hora de brindar cuidados a los enfermos.
