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El frío que más se siente:

Además del frío de invierno, en nuestra sociedad existe otro tipo que produce más sufrimiento: el frío de la soledad. ¿Cómo regalamos el calor humano que da vida?



Hemos entrado en la estación propia del frío, el invierno. Los meteorólogos han pronosticado que éste va a ser un invierno muy frío, con temperaturas más bajas que lo habitual para nosotros.

Como institución de salud sabemos que un frío intenso es un riesgo especialmente importante para las personas más vulnerables como los niños, las personas mayores y aquellos que padecen enfermedades respiratorias crónicas. Todos ellos están en riesgo de sufrir el impacto de las bajas temperaturas en su salud física, con las molestias que esto conlleva.


Sin embargo, en nuestra sociedad percibimos otro tipo de frío que produce mayor sufrimiento que cualquier patología o agente externo: el frío de la soledad.


La indiferencia, la falta de afecto, el individualismo, son síntomas de una sociedad cada vez más deshumanizada que configuran una atmósfera de frío cósmico.


La solidaridad, inherente a la condición humana, es desplazada muchas veces de la conciencia pública por intereses individualistas, dejando sin “frazada afectiva” a tantos que necesitan calor humano.


Gestos cordiales, palabras motivadoras, sonrisas sinceras, manos solícitas, actitud servicial son todos elementos que elevan la vida, que contagian vida, que envuelven con un caluroso abrazo espiritual a quienes se encuentran con nosotros.


Se trata de un factor esencial para la recuperación pronta de la salud no solo anímica sino también física, y están al alcance de todos. No se necesita una receta del médico ni recursos extraordinarios.

Apostar a la vida es dar calor en la acogida en nuestros encuentros con otras personas.

La Virgen María fue a servir a su prima Isabel, y en Ella misma llevó a Jesús, vida eterna, que hizo saltar de alegría a Juan el Bautista en el seno de Isabel.


Preguntémonos cada uno: ¿cómo puedo regalar ese calor humano que proporciona vida a quienes están a mi alrededor, en mi trabajo y hogar, y también más allá, para que nadie tenga “frío humano”, el frío que más se siente?


Pastoral

Sanatorio Mater Dei

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