El herpes labial o herpes oral es una infección viral frecuente producida por el virus del herpes simple (VHS), que puede afectar diferentes partes de la boca, sobre todo los labios, y en menor medida el interior de la boca. Con la llegada de la primavera empezamos a pasar más tiempo al aire libre y tomar sol, y la exposición a los rayos ultravioleta puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades como el herpes labial.
¿Qué es un herpes labial? Se manifiesta con pequeñas ampollas (vesículas) bastante dolorosas sobre los labios o alrededor de ellos. Estas vesículas, que a menudo se agrupan y luego se rompen, forman una costra que puede durar varios días. La evolución natural del herpes es resolución de las lesiones en el transcurso de dos o tres semanas y sin dejar cicatriz.
No hay cura para el herpes labial, pero el tratamiento puede ayudar a controlar las recurrencias. La infección dura toda la vida y los síntomas pueden reaparecer a lo largo de muchos años. Los comprimidos o cremas antivirales recetadas pueden ayudar a que las lesiones sanen más rápidamente y reducir la frecuencia, la duración y la gravedad de futuros episodios o brotes.
¿Cómo se transmite?
El virus puede transmitirse de una persona a otra por contacto directo, por ejemplo, a través de la saliva al besarse o contacto de piel a piel.
También puede transmitirse a través de objetos que tomen contacto con las lesiones y o secreciones como vasos, cubiertos, maquinas de afeitar, etc. En cambio el HVS-2 se transmite principalmente durante el contacto en una relación sexual y provoca el herpes genital. Se puede transmitir el virus a los demás incluso si no hay presencia de ampollas.
La infección suele manifestarse a lo largo de los veinte días posteriores al contagio y prolongarse entre una y hasta cuatro semanas después.
Síntomas
Hormigueo, picazón y dolor en la zona afectada, previo a que aparezcan las lesiones características
Erupción en la: comienza con pequeñas ampollas llenas de líquido que suelen aparecer a lo largo del borde de los labios. A veces, aparecen alrededor de la nariz o las mejillas, o dentro de la boca.
Secreción y costras: las pequeñas ampollas pueden fusionarse reventarse, y dejar llagas abiertas poco profundas que presentan secreción y forman una costra.
Los signos y síntomas varían, dependiendo de si este es el primer episodio o una recurrencia. En ocasiones la erupción cutánea puede estar acompañada de fiebre, malestar general, cansancio o inflamación de los ganglios linfáticos locales.
Las recurrencias generalmente son siempre en el mismo lugar y tienden a ser menos extensas que el primer brote. La mayoría de las personas que están infectadas con el virus nunca manifiestan signos ni síntomas.
Los episodios pueden ser ocasionados por una infección viral o fiebre, cambios hormonales, como aquellos relacionados con el ciclo menstrual, estrés, exposición a la luz del sol y al viento, cambios en el sistema inmunitario.
Tratamiento
La infección por herpes labial suele curarse de manera espontánea al cabo de una o dos semanas. En el caso de necesitarse tratamiento, este suele basarse en el empleo de antivirales.
Aunque estos fármacos no reducen el riesgo de que la infección vuelva a producirse, sí disminuyen el dolor que producen las lesiones y pueden ayudar a que estas duren menos si se administran tempranamente en casos seleccionados.
Para mitigar el dolor, también puede recurrirse a la utilización de analgésicos (como el paracetamol). En todo caso, se ha de evitar tocarse o reventarse las ampollas, para evitar diseminar la infección.
¿Cómo prevenir el herpes labial?
A pesar de estar provocado por un virus que se transmite con facilidad, el herpes labial puede prevenirse o controlar su propagación si se toman precauciones como las siguientes:
No beses ni toques la piel de otras personas con un herpes labial activo.
Lávate a menudo las manos.
Evita tocar las vesículas si tienes un brote.
También es recomendable que no entres en contacto con niños, personas con eccemas o inmunodeprimidas en las que la infección puede ser de mayor gravedad.
No compartas alimentos o bebidas con otras personas, si tienes lesiones.
No te expongas al frío ni el sol.
Aplica protección solar en tus labios y el área que los rodea.
Consulta al médico en los siguientes casos:
Tienes un sistema inmunitario debilitado
El herpes labial no se cura en dos semanas.
Tienes recurrencias frecuentes de herpes labial
Sientes irritación y/o dolor en los ojos
Las manifestaciones son graves (síntomas neurológicos, oculares, o formas diseminadas).