La ateroesclerosis es una enfermedad que afecta a las arterias de todo el organismo. Se desarrollo en forma gradual, lenta y progresiva durante décadas. Por lo general, la ateroesclerosis leve no tiene ningún síntoma, sin embargo, a medida que la placa continúa acumulándose y generando mayor obstrucción, fluye menos sangre a través de las arterias generando sufrimiento del corazón.
¿Qué es y qué la causa?
La ateroesclerosis se caracteriza por obstrucciones en las arterias coronarias. Estas arterias son los vasos sanguíneos encargados de proporcionar al corazón el oxígeno y los nutrientes que necesita para funcionar adecuadamente.
Las obstrucciones se producen por la acumulación de diferentes sustancias tales como colesterol, grasa, calcio y otras partículas que forman una placa en la capa interna de las arterias.
Factores de Riesgo
Edad
Antecedentes genéticos
Consumo de tabaco
Antecedentes de Hipertensión Arterial
Niveles elevados de colesterol.
Diabetes o resistencia a la insulina.
Sobrepeso u obesidad.
Estilo de vida sedentario.
Niveles altos de estrés.
Síntomas
Los síntomas en general aparecen cuando la enfermedad ya está muy avanzada:
Dolor en el pecho (angina de pecho): puede sentir tensión u opresión en el pecho que puede extenderse a los hombros, uno o ambos brazos, el cuello, la mandíbula o la espalda. Puede incluso parecerse a la sensación de indigestión.
Dificultad para respirar: sensación de falta de aires o fatiga extrema ante un esfuerzo físico.
Infarto: la mayoría de los infartos ocurren cuando la placa que obstruye la arteria se rompe o quiebra, provocando la formación de un coágulo de sangre en su superficie, bloqueando rápidamente la circulación de sangre y por consiguiente de nutrientes al corazón, causando un daño cardíaco permanente.