Editorial de las Hnas. de María de Schoenstatt
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A pesar de las grietas que siguen intactas en varios aspectos de nuestra vida social, hay un momento en nuestra vida ciudadana donde sin importar las diferencias, nos une la consigna implícita: “todos somos argentinos”. Este fenómeno tiene un nombre y es cuando juega nuestra selección de fútbol. Lo experimentamos hace poco con la Copa América, y en estos días de partidos de Eliminatorias rumbo a un nuevo Mundial. En ese momento no hay distancias, ni diferencias, e incluso muchas veces no hay sacrificios duros ni obstáculos suficientes para los más fanáticos que conforman la hinchada argentina y acompañan a la selección a donde sea que juegue un campeonato decisivo.
Sería materia de un estudio sociológico por qué un deporte como el fútbol despierta una adhesión tan incondicional, de tal manera que, prácticamente, todo un país sigue con expectación las alternativas de cada partido.
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