El magnesio es el cuarto mineral más abundante en el cuerpo y es esencial para la buena salud. Es un elemento químico de gran importancia en las diversas actividades humanas, ya que interviene en más de 300 reacciones metabólicas básicas como: la regulación de la temperatura corporal, el soporte al sistema inmunitario, el mantenimiento constante de los latidos del corazón y la ayuda para que los huesos permanezcan fuertes. También interviene en la síntesis proteica y la de ácidos nucleicos y mantiene en equilibrio a los potenciales eléctricos de las células nerviosas y musculares.
Por eso es importante su consumo en la dieta humana ya que una ingesta deficiente produce hipomagnesemia, ocasionando múltiples alteraciones o enfermedades tales como convulsiones, irritabilidad muscular, ACV, alteraciones del electrocardiograma, trombosis, osteoporosis y diabetes tipo 2. Las personas con deficiencia de magnesio están siempre cansadas, irritables, nerviosas, tienen rigidez en los músculos y tienen dificultades para concentrarse.
Por otro lado, un exceso de magnesio produce hipermagnesemia que deriva en situaciones patológicas como la enfermedad de Addison, nefritis crónica, paros cardíacos e incluso la muerte.
En general no constituye un problema alimentario ya que una dieta normal suministra la cantidad necesaria que sería de 200 a 400 mg diarios dependiendo de la etapa biológica, sexo y edad.
¿Cuáles son las fuentes de magnesio?
- Las semillas, frutos secos, legumbres y cereales integrales, así como los vegetales de hoja verde, porque el magnesio es un constituyente esencial de la clorofila.
- La leche y los derivados lácteos son una fuente moderadamente buena de magnesio. El pescado, la carne y las frutas son fuentes pobres de magnesio.
- Los alimentos refinados y procesados, y las grasas contienen muy bajos niveles de magnesio, ya que mas del 80% se pierde al eliminar el germen y la capa externa de los cereales.
Lic. Jaquelina Liebhardt
Servicio de Nutrición
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