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Enfermería. El delicado equilibrio entre ciencia y actitud

Pocas profesiones suponen una entrega tan generosa como la enfermería. Y eso es algo que se respira a diario en nuestro Sanatorio.

Con un equipo de enfemería integrado por 470 personas, ofrecemos una atención modelo a los pacientes, que no se limita a cumplir con los protocolos de atención desde el punto de vista médico y científico, sino que cuidamos especialmente el buen trato y la actitud respetuosa, contenedora y servicial.


La licenciada Miriam Cañete, nuestra gerente de Enfermería, explica que el equipo está formado por enfermeros profesionales, auxiliares de enfermería, auxiliares de traslado (comúnmente llamados “camilleros”) y ayudantes de servicio, que realizan tareas de cadetería, traslados de muestras, etc. “Tanto los enfermeros como los auxiliares de Enfermería tienen formación universitaria. En todo el país existen 50 universidades que dictan la carrera de Enfermería, que en la actualidad está completamente profesionalizada”.


En este sentido, puntualiza, hay que comprender que -al contrario de lo que podía suceder hace décadas- cuando se recibe atención de un enfermero se está tratando con un profesional que tiene una formación similar a la de cualquier otro integrante del equipo de salud.

Nuestro Sanatorio tiene una tradición de enfermería de las mejores y más prestigiosas del país. Varias de las Hermanas de María de Schönstatt, la comunidad de origen alemán fundadora de la institución, son enfermeras.


“Es una institución donde trabajamos muy cómodos, con excelente nivel y altos estándares de atención. Los requisitos para ingresar son muchos, pero importa la calidad humana de la persona que va a trabajar”, asegura la Lic. Ana Mujica, supervisora de Internación General.

Contra lo que ocurría hasta hace algún tiempo la enfermería ha dejado de ser territorio casi exclusivamente femenino. “Se la asocia más con la mujer porque fue así en el pasado, y el cuidado se nos atribuye en forma exclusiva al género femenino (explica la Lic. Mujica). Pero hoy la proporción de varones y mujeres tiende a ser cada vez más pareja. En el Sanatorio Mater Dei hay un 30% de enfermeros varones y un 70% de mujeres, y los hombres suelen desempeñarse más frecuentemente en áreas críticas, como la Unidad de Terapia Intensiva, Neonatología o Guardia.”


Además de todos los cuidados asistenciales, el equipo de Enfermería realiza una importante labor docente, tanto dentro del Sanatorio como puertas afuera a través de campañas de bien público destinadas a la comunidad. Por ejemplo cursos de Resucitación Cardio Pulmonar (RCP) en plazas y espacios públicos, una técnica que pueden aprender la mayoría de las personas y evitar una muerte súbita.


La tarea, que es asistencial pero también administrativa, cuenta con supervisores de área y de turno. “Siempre existe alguien en cada turno, las 24 horas de los 365 días del año, encargado de supervisar todo lo que se está haciendo -dice la Lic. Cañete-.

El factor más destacable de su misión es la importancia del cuidado que brindan a la persona, su familia y la comunidad. “El profesional que más tiempo pasa con el paciente es el enfermero”, comenta.


“La atención en el SMD es muy personalizada -aseguran-. Somos cálidos y contenedores tanto con el paciente como con su familia, pero con una actitud que guarda cierta distancia y un profundo respeto, aunque el trato sea cercano y afectuoso”.

La enfermería, además, tiene voz y voto en el Sanatorio: el equipo tiene formación científica y es escuchado por los médicos, “podemos intervenir, colaborar y los doctores confían en nosotros” comentan la Lic. Cañete y la Lic. Mujica, ambas explican que numerosos estudios demuestran que a mayor formación del equipo de enfermería menor morbimortalidad de los pacientes.

“Tenemos mucho cuidado por el confort y la comodidad del paciente. Qué necesita la persona. Que no tenga dolor. Qué hacer si hay alguna emergencia. Y también administrar bien las visitas. Que impliquen un contacto social importante, pero que no se tomen como un evento social, porque el paciente necesita estar tranquilo”, aseguran.


En el SMD también se ofrece cuidado y contención especial a los pacientes que ingresan en la etapa final de sus vidas. “Se respeta la dignidad humana, se acompaña, se da confort, alivio del dolor, asistencia espiritual si la persona lo requiere. En nuestro Sanatorio se destaca el trato. Y esa es nuestro sello. Nos gusta mucho lo que hacemos, lo hacemos con amor y es parte importantísima de nuestras vidas”.


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